El Príncipe de los Gatos

El Príncipe de los Gatos

lunes, 4 de enero de 2016

Aleatorio


Ahora que sé quién eres
ojalá te hubiese dedicado
algo más que una conversación borracha
o unos versos a destiempo.

Que parece que ha venido el azar a reírse
una vez más de mí,
poniéndome delante un tesoro
con manos de mujer
palabras de musa
y labios de carmín deshecho
en tinta roja.

Dicen que la magia está en las pequeñas cosas,
yo creo que la magia está en esas casualidades
esas vueltas de campana que hace el destino
para ponernos en el sitio correcto,
y luego
el muy cabrón se queda quieto
esperando a que demos el siguiente paso,
ese salto al vacío
ese derrape sin freno
ese disparo certero que acaba con todo,
nunca
te
deja
ganar.

Has llegado como un día más,
como una noche más,
como esa copa de más que nunca te llegas a tomar.
Ese chupito que lo desborda todo,
esa tormenta que hace volar un bar.
El número aleatorio elegido para jugar
y que siempre dispara a matar.

Dime tú si no tengo razón,
si no eres suerte,
si no eres un motivo más
que me da Madrid para buscarla en todos los mapas.

Y es que sólo me faltaban unos ojos así
para acabar de enamorarme de esta ciudad.

Esta loca de cemento y poesía,
esta enferma de amor e insomnio,
este hogar de hambre de letras,
de espejismos en las aceras,
este desierto colmado de oasis
colgando de las caderas
y la sonrisa entrecortada de sus poetas.

Me he vuelto perseguidor de tus abismos,
un elemento perdido
entre tu silencio
y mis gemidos.

Admirador del dibujo de tus dedos en el aire
y de tus maullidos poéticos 
en mis oídos.

Qué rabia darte una versión a medias,
una locura deshilachada entre cervezas,
qué rabia darte un poema
cuando te habría dado

la noche entera.

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