El Príncipe de los Gatos

El Príncipe de los Gatos

sábado, 3 de septiembre de 2016

Chica de la ventana

Hoy salí al balcón de nuevo con la sonrisa tuerta
ese balcón que está harto ya de verme desprendiendo cristales
por no acordarme de incendiar inviernos,
y te vi,
embelleciendo cortina
reflejando sueños
recordando sombras
alejando miedos.

Allá,
a una farola de distancia
de poder
serlo
todo.

Y yo
aquí sentado
pensando en cómo apedrear el tiempo para que se pare
y pueda seguir soñando con que al segundo siguiente
me mires,
me desarmes,
soñando con rescatarte de todo aquello que no te deje respirar.

Salí al balcón y volví a verte
chica de la ventana
y por un momento pensé que los cristales se hacían pájaros
que volaban hacia a ti
para llevarte el mensaje de este naufrago sin mar
que nunca dejó de ahogarse en sus propias palabras.

Pero tú mirabas a la nada
seguramente recordando otros labios cicatriz
con otras historias pasado
y otros ojos olvido.

Y yo
aquí muriendo
sabiendo que podría hacerte feliz si quisieras
mirarme.

Pero no estás
no existes.
Te imagino cuando necesito huir,
o escribir
que es lo mismo,
y no me importa
que seas aire en mis pulmones
o aliento en mi mirada
que te resistas a aparecer atravesando cristales
como quien invade un país lanzando flores por los fusiles.

Porque sé
que lo mejor de este amor poema
es que tiempo no lo entiende
realidad lo ignora
y muerte
no lo puede.

sábado, 27 de agosto de 2016

Los exiliados románticos

Somos lo que queda de una generación a la que nunca pertenecimos del todo,
los exiliados románticos criados entre versos contracultura
y teatros vacíos de esperanza,
fugitivos del sentido que le da sentido a todo
corredores de fondo en una carrera donde las líneas de meta
estaban hechas a base de besos
y noches eternas mezcladas con absenta.

Somos los hijos bastardos del amor hecho polvo a quemarropa
jugada de jazz
baile de discursos locos
en cuya destilación psicológica estaba la solución a cualquier problema.

Y a veces nos negamos a creer que la poesía ha muerto,
intentamos sobrevivir por miedo al fracaso
porque sabemos que el miedo a morir no significa nada en nuestras manos.

Y todo lo que hacemos lo hacemos para darle aliento a ese espíritu roto y moribundo
al que le encanta codearse con el insomnio.

Nosotros,
los poetas,
esos seres atípicos repletos de tópicos,
que por mucho que escriban nunca llegan a encontrarse.

Y no habrá texto, discurso o libro que los defina,
porque en el momento en que se sientan vencidos
encontrarán un motivo más para seguir venciendo.

Nosotros,
los perdidos en la nostalgia eterna de un mundo que no conocimos,
nos hemos rendido a la verdad,
a la fuerza de las palabras rasgando el paladar,
a la certeza de que aún siendo equívocos en el tiempo
acertamos siendo lo que somos.
Niños que juegan
en un campo de minas.

miércoles, 24 de agosto de 2016

A la mejor postora

Volvería a destrozarme los dedos con mis bolígrafos
si sirviera para que me leyeras de nuevo,
pero aún así,
te quedarías donde estás
y ya no estoy para perder tinta en papeles que solo saben cortar.

Volvería a usar estas manos como salvavidas en una ciudad que nunca aprendió a darnos el tiempo necesario,
guardaría la palabra ojalá en una botella danzando en el mar
y rescataría cada día un par de versos de tus labios
de aquellos que siempre supieron darme el resto
para hacerlos poema.

Volvería a sacrificar mis ganas de dormir por verte respirar
una vez más
una vez más
una vez más.

Volvería a quemarme con tus miedos
a insultarle al insomnio
a beberme las lágrimas
a arrancarme las cicatrices
a olvidarme de mí…
no!
Eso sí que no.

Volveríamos a errar en el intento de decirnos con palabras
lo que no pudieron hacer nuestros cuerpos.

Y por eso, amor,
ahora ando perdido en pupilas que no saben descifrarme las metáforas
en mujeres espejo
en pieles que huelen como la tuya
pero que en vez de quemar, hielan.

Lo poco que queda de mí,
de nosotros
se subasta en una carrera de hienas correteando por mis dedos,
oigo sus carcajadas como si fueran puñales
hundiéndose en mi mirada.

Y por eso, amor,
volvería contigo,
porque prefiero que si me destripan
al menos,
que tenga sentido.

viernes, 12 de agosto de 2016

Princesa

Solo te escribí una vez
y me da vergüenza darme cuenta a estas alturas
de que me quedé demasiado corto.

Nuestra historia se vio reducida a cuatro cervezas sin salida
las ventanillas del coche de tu ex empañadas
y una libreta llena de palabras
cuyo anhelo siempre fue estar a tu altura.

Me ahogo al pensar que nunca te marchaste del todo
que aún sigo buscando el significado de mis miradas
en mujeres que me recuerden a ti
porque todo lo que quiero hoy en día
es aquello que tuve estando contigo.

Pero yo estoy bien,
o eso me gusta creer cuando no me miran.

Sigo acariciando las copas cuando salgo de la trinchera
pero suelo cansarme pronto
si no tengo a alguien que me haga pensar que sigue mereciendo la pena dejarse el alma en cada conversación,
que hay una aventura que no acabará en el momento que decida salir del bar.
Porque hay tesoros enterrados en islas perdidas
y tú eras el mar que había que explorar para encontrarlos.

Me dejaste una buena lección aprendida que a día de hoy me ha costado cara,
el principio del fin de una vida de perros
el resurgir de un poeta
y un nombre que no sé si me lo pusiste tú
o me eligió él a mí.

Solo quería decirte que en este reino de gatos callejeros
tú siempre serás la princesa que me ayudó a rescatar la poesía,
y aunque ya no estemos juntos,
ni debamos estarlo,
quiero que sepas que yo también pude quererte
pero el miedo ganó la partida.

Eres la huella que busco cada vez que salgo a la calle.

jueves, 4 de agosto de 2016

Al gato que nunca tuve y al amigo que llegó

A él también lo abandonaron una noche de luna nueva
y tiene los ojos tristes de su padre.

Ambos nos hemos acostumbrado a vivir con el silencio
entendimos que la soledad no es un estado de ánimo
sino una forma de vida,
y juntos comprendimos el valor de acurrucarnos en algo más
que el recuerdo.

La primera vez que lo vi fue en un cartel de se busca
y yo tenía un sitio donde huir.

Ahora cuando me marcho
maúlla
y llora,
yo intento enseñarle que la libertad no es eso,
y que el amor se encuentra,
no se busca.

Pero el verdadero reto está en bajar la guardia
incluso después de haber sido tiroteado
una y mil veces.

Él se pasea a su antojo por mi cama
me mordisquea los dedos
y añora un cuerpo que nunca llegó a conocer,
quizás en eso también nos parezcamos.

Cada vez que cierro la puerta chilla y me echa de menos
aún sabiendo que estoy al otro lado
y entonces entiendo
que el amor
es eso.

Cada vez que duermo se acuna en mis brazos
con los pasos necesarios para no despertarme
porque sabe que cada vez duermo menos
desde que sé que no me piensan a lo lejos.
Y eso
también
es amor.

A veces parezco más gato que él
y ronroneo cuando me muerde la oreja izquierda
casi tan bien cómo lo hacía ella,
entonces lo lanzo lejos
le digo que no,
que no quiero acordarme de lo que es ser feliz,
y le dejo una pelota para que también se olvide de mí.

Apenas hace dos semanas que nos conocemos
pero ya sabemos cuáles son nuestros puntos débiles
y los fuertes
hemos decidido no mostrarlos,
porque al amor se va sin miedo
y nosotros
lo sabemos.

sábado, 30 de julio de 2016

Nos soñarán despiertas

A mí hace tiempo que no me lee,
y a ti
hace más que no te sueñan.

Ya sé que estamos hartos de pelearnos con la noche
que no nos acordamos de brindar por un beso
por el que valga la pena perder la sobriedad,
que cansados de que nos muerdan sin ganas de comer
hemos levantado un sinfín de respuestas
que no anhelan sus correspondientes preguntas.

Porque de qué sirve hablarle al vacío del silencio.

Yo te entiendo,
entiendo que corramos siempre por el mismo camino
a la espera de que venga alguien y nos diga,
se acabó…
no busquéis más.

Entiendo que busquemos nuestro futuro
con las mismas fórmulas del pasado,
aunque tiritando nos digan que así
con su matemática antigua
no volverá el invierno.

Pero vuelve… y tanto que vuelve.

Como todos los mordiscos que nunca llegamos a dar
ese miedo inútil y sordo
que sólo sabe escucharse a sí mismo.
Como la verdad insondable de que somos lo que queda de un derrumbe hecho trinchera
que tras tanto bombardeo de labios
nos olvidamos de que una caricia podía salvarnos de la vida.

A mí hace tiempo que no me lee
ni me escribe
ni me piensa.

Tu te mueres por que te sueñen
porque te laman las heridas
porque te acunen sin ganas de despertarte.

Y te entiendo,
porque de tanto correr al mismo tiempo
hemos acabado siameses en alma y hueso,
Hermanos de sangre en una guerra que nunca pudimos ganar,
porque nos equivocamos al elegir nuestros contrincantes,
incluso nos equivocamos de campo de batalla.

Porque puede que no me lea,
porque puede que no te quieran,
pero al final
cuando venga la vida a darles un par de hostias,
ellas
nos soñarán despiertas.

domingo, 17 de julio de 2016

Yo quería llamarme Antonio

Yo quería llamarme Antonio,
y recitarle por la radio
los poemas más hermosos
a la mujer más hermosa del pueblo.
Labrar la tierra con el sudor 
como único testigo de mi sacrificio.
Construir el futuro
con esas manos
que saben lo que es desgarrar el llanto.

Yo quería llamarme Antonio,
y buscar una sonrisa en las tinieblas.
Declararle la guerra a la guerra
usar como escudo mis poemas
y fusilar la victoria de cualquier bando
que se atreviera a luchar.
Luchar,
en la barra de un bar
contra el tiempo gastado
pensando en los demás derrotados de la vida.
Pensar,
que vale la pena perder
si así descubrimos que somos mejores personas
bailando
que empuñando el odio.
Amar,
amar a mi familia por encima de todo
de mí mismo y de todo lo que podría haber sido
y que no quise ser, porque tenerlos cerca
era el mejor regalo que jamás llegaría a tener.

Yo quería llamarme Antonio,
y que mi cuerpo oliera
a romero y tomillo machacado,
que mi camisa nunca estuviera abrochada
para poder respirar despacio
y que mis manos fueran verdes
como el esparto recién cortado.

Yo quería llamarme Antonio,
como mi abuelo
si eso significaba vivir en su cuerpo.
Si así podía convertirme en parte de él
para seguir dándole aliento a su recuerdo.

Tener su pelo blanco inmaculado
sus ojos azules como el mar encabritado,
sus pies, su pecho, sus brazos fuertes como el cemento.

Despertarme cada día sabiendo que soy mejor persona,
que gracias a mí hay otros pies que siguen corriendo
otras bocas que enseñan
otros ojos que aprenden
otras vidas que sueñan.

Y de tanto querer llamarme como mi abuelo
acabé siendo él mismo
casi sin saberlo.

jueves, 14 de julio de 2016

Carrera de 10.000 metros vallas

Podría decirte que te echo de menos,
que hace tiempo que no miro a nadie como te miraba a ti.

Podría decirte que sigo ahogándome
en mis propias palabras
cada vez que consigo salir a flote de tu recuerdo.

O que las noches perdieron su sentido
cuando una mañana decidiste
salir por la puerta sin moverte,
escondiendo las maletas entre las sábanas
y los mejores momentos cayendo por el hueco de la chimenea
hasta convertirse en ceniza.

Podría decirte que no he vuelto a respirar acompasando sueños a mis pasos,
que lo único que necesito
es el eco de tus latidos anidando en mis comisuras,
y que lo demás
sólo es aire.

Podría mentirte tantas veces de nuevo... pero la verdad
no sería distinta.

Que a pesar de todo lo que pueda decirte
tú nunca volverás a ser la misma que me arropaba
con su sonrisa en mitad de la tormenta.
Ni aquella que guardaba versos en sus pupilas
ni la que atropellaba los segundos que pasamos juntos
para que no se atrevieran a escapar.

Y aunque me duela decirlo,
yo tampoco.

Porque aprendí a quererme a destiempo
pero al final
lo conseguí.

Y ahora,
a pesar de que a veces sigues marcando el ritmo de mis pasos,
nunca podrás conseguir que se detengan.

domingo, 10 de julio de 2016

Aprovéchala

Si vienen a cortarse las venas a tu lado
todos los momentos que dejaste pasar.

Si enquistados por tu cuerpo huelen a derrota calcinada
los sueños que algún día creíste poder llegar a alcanzar.

Si harto de ti,
de tu suerte con sabor a ceniza,
de nombrar por su nombre cada una de las personas
que formaron parte de tu dolor.
Si harto de que el corazón pida a gritos una salida
aullándole al silencio,
si estás cansado de tanto caminar vigilando tus pasos,
no lo hagas.

A veces la solución es tan simple como cerrar los ojos,
olvidarse de los relojes,
aparcar todo aquello que no nos traiga una sonrisa a la boca
y sentirnos libres por un instante,
ese instante que nos haga creer
que es posible sentirse libre todo el tiempo.

Cuando pensamos que nada bueno puede pasar...
la vida
pasa,
cada día
a cada segundo,
y tú sin hacer nada.

Aprovéchala!

miércoles, 6 de julio de 2016

Tengo un secreto

Tengo un secreto que ruge cada vez que oigo tu nombre,
una alarma que sacude las terminaciones nerviosas de mi cuerpo
capaz de desvelar cada gesto tuyo acunado en mi recuerdo.

Y ya no se si escribo por miedo
o por vicio,
pero voy a pedirle a Baco otro trago de vino
a ver si así me acuerdo
de cuantos poemas me dejé olvidados en tus labios.

Tengo una duda que recorre los espejos,
y cuando soy yo el que sale reflejado
no me atrevo a preguntarme
porqué…
porqué siempre acabo encontrando las respuestas
en ciudades alejadas de mis horizontes.

Porqué…
porqué siempre acabo siendo esclavo de los ojalá,
de la necesidad de cogerte la mano
y caminar despacio esquivando piedras por el camino.

Porqué…
porqué la mala suerte se empeña en esconderme de ti,
en alejarme de tus ojos buscando los míos
como medida de supervivencia de lo que aún no hemos sido,
y quizás no seamos nunca.

Paso las noches en ese bar situado en la esquina
en que se cruzan calle melancolía
y todos los momentos
que tengo contigo.
Porque no me atrevo a salir de día a la calle y enterarme
de que podrías estar aquí
pero que al final
elegiste marcharte.

Tengo un secreto que ruge cada vez que oigo tu nombre,
así que acércate,
deja que te lo susurre al oído…
quédate.

viernes, 1 de julio de 2016

Ojalá Nietzsche... ojalá


El mejor recuerdo que tengo de ti,
es ese momento que aún no hemos tenido,
porque si Nietzsche tiene razón
y la vida es un viaje de ida y vuelta a empezar,
si todo esto que pasa es un preludio de lo que realmente importa,
entonces ten por seguro que no voy a dejarte escapar.

Si todavía nos quedan amaneceres pendientes,
islas en las que perdernos
y bailes que reinventar,
si aún podemos vencerle al miedo de sabernos en la memoria del otro,
si todavía nos faltan duermevelas atoradas en nuestros cuerpos
destilando besos a diestro y siniestro,
no creas que te voy a olvidar.

Porque apenas tuvimos tiempo de saber si maullábamos en el mismo tono,
si nuestras maneras de entender la libertad se entendían,
o si nuestras bocas podrían llegar a crear un mundo de sueños con tan sólo rozarse.

Nos faltó la fuerza
el valor de atrevernos a saltar en los brazos del otro
como si lo único que podría haberle dado sentido a todo
fuera habernos encontrado buscándonos los labios.

Pero fuimos cobardes,
o quizás demasiado lentos
porque ambos sabemos que andar con prisa siempre es sinónimo de desencuentro.

Así que no rindas tu esperanza
que yo voy a darle poemas a la mía,
palabras que le hablen de ti,
de cómo te deshaces por mis venas
de cómo perforas las horas y los días en el calendario,
palabras que me recuerden cómo achinas los ojos cuando sonríes
y cómo mueves las manos cuando versificas los bares
embelleciendo cada pupila que se atreve a reflejarte.

Palabras que me recuerden lo aleatorios que fuimos
al encontrarnos tan alejados del primer café que nunca nos llegamos a tomar
porque preferimos tomarnos las medidas de los ojos
antes que quedarnos sin excusas para volver a buscarnos.

Y ojalá no nos lo tomemos nunca
que siempre tengamos un motivo para acordarnos de lo que nos debemos
ese recuerdo del que no nos acordamos
pero que en otra vida
seguro
ya lo tenemos.

sábado, 25 de junio de 2016

Efecto Caolateral

Asúmelo,
te van a hacer daño,
pero aprenderás a espantar a los lobos
a una mirada de distancia.

Te deshilacharán el corazón
como si nunca hubiera aprendido a coserse del todo,
pero aprenderás que no todos los rotos
se convierten en desastre
cuando decides que el desastre sería quedarse rota.

Pensarás que no eres nada,
que todo lo que tocas se convierte en humo
que las despedidas forman parte de tu sistema sanguíneo
y que todos los motivos para sonreír
se fueron con su sonrisa.

Pero aprenderás que tu mejor arma la llevas escondida entre los dientes
en ese trayecto desde el estómago hasta la boca
que te obliga a acordarte de ti,
a ser tu mejor tú,
esa heroína que sabe lo que vale una carcajada frente al espejo
y un abrazo a quemarropa.

Asúmelo,
te romperán el corazón
pero jamás
podrán romperte la sonrisa.

lunes, 20 de junio de 2016

Vuelo

Me hubiera gustado vivirte
pero al final he tenido que conformarme con soñarte,
como si hacerlo fuera el premio de consolación
de una carrera que nunca dio el pistoletazo de salida.
Lo que queda de una historia que no se atrevió a salir de la memoria
los desechos de un deseo transformados en duda.

Qué lástima no encontrarnos en el punto medio de la ecuación
entre tus pies buscando el silencio
y mis manos buscando tu aliento.

Qué lástima no compartirnos las ganas de vivir
de poner contra las cuerdas al futuro con cada abrazo a medio construir.
Hemos preferido huir de esa posibilidad remota de ser felices con alguien más que nosotros mismos,
y tal vez seamos estúpidos al pensar que al final,
roídos por los años y toda la soledad que acarrea,
podamos hacerlo.

Y si decidimos darnos la oportunidad de anudar nuestros latidos
que sea bailando,
que no nos pille el mundo cabizbajos con las defensas altas,
dejemos a un lado los chalecos antibalas
y perforémonos a base de besos.

Que yo prefiero caminar despacio
pero contigo,
si hace falta,
vuelo.


domingo, 19 de junio de 2016

Quimeras

Vete!
Largo de aquí!
Verte en el horizonte me hizo comprender que no eres nadie
que andas sólo por obligación del ser,
sometido por tu propia condición indeleble.
Verte me hizo entender que adorarte me hacía más pequeño
y yo
siempre he sido de cosas grandes
enormes
colosales
gigantescas
rescatadas del puño al aire
del grito que enloquece
del polvo que renace
del amor que siempre vuelve
como el veneno del escorpión que corroe tus sienes languideciendo a cada paso suyo tus miembros más fuertes.

Verte fue encontrarme el vacío de frente y querer volar
como el ave que se sabe enjaulada
tras unos barrotes construidos a base de comodidades y conformismos,
jaula de espejismos y quimeras adornando con mesura los corazones de valientes
de niños que se negaron a crecer
de mujeres que olvidaron cómo postrarse
de hombres que nunca supieron cómo ser hombre
porque los hombres de hoy no lloran
ni maúllan como gatos asustados.
Ellos gritan
luchan
resisten
sobreviven
cuando sobrevivir está sobrevalorado.

Y te consume...

Y te consume...

Miedo estéril que te reproduces en cada duda que atraviesa el norte
en cada brújula rota en la memoria esperando resurgir en otros labios
en otro deseo
en otro orgasmo
en otros alientos surcando el espacio.
Te veo
tiemblo
y pienso
que todo se hace añicos en tus manos humeantes,
que todo acaba cuando vences
y se derrumban ciudades enteras cuando te veo pasar entre bares
en esas miradas que lo dicen todo y no hacen nada
te veo en posibilidades convirtiéndose en imposibles
en cuerpos derrotados tras el último alarido de libertad.

Te veo en todo aquel que dice "no se puede"
en borracheras internautas
en soledades compartidas
en deseos estrellándose en cervezas.
Te veo anudando lágrimas a kilómetros de distancia
saboteando ilusiones escondidas en papeleras
en corazones rotos buscando la última pieza
en tequieros que no se sienten
y en mañanas que nunca llegan.

Y yo
que lo único que quise fue ser libre
acabé viendo mis anhelos colarse por el desagüe.
Pero entendí que la libertad no se consigue escribiendo poemas contra el miedo
sino luchando cada día
para seguir siendo
tú.

sábado, 11 de junio de 2016

Raíles

Así acabaremos cometiendo los mismos errores con distinto nombre.

Así que no lo hagamos.

Dejemos en el suelo unas huellas con sabor a victoria
a cerveza que recordar
a latido por responder.

Entremos en una vorágine de disparos cruzados
que nunca den en el blanco,
desgranemos los segundos
como si todavía nos quedaran horas a las que agarrarnos,
desnuquemos la conciencia para vernos resurgir en otro sueño
y libremos esa batalla que acabará por derrocar las lágrimas del centro de nuestros cuerpos.

Equivoquémonos
démonos abrazos que nunca nos obliguen a cerrar los ojos,
esparzamos pétalos por el aire y sorbamos juntos el aroma que dejen al explotar,
sumerjámonos en una lluvia de elementos descubiertos entre nuestras manos
pintemos las calles con los versos que aún no nos hemos escrito,
que aún nos quedan palabras resguardadas en las pupilas esperando ser lanzadas en algún bar de apellido déjà vu.

Ahorquemos a todo aquel que se atreva a poner en duda nuestra libertad compartida
el origen de este romance pasajero que nunca se atrevió a saltar del tren
y que entre anden y anden
fue dejando versos enquistados en los raíles.

Aceptemos la caducidad del paraíso
y olvidémonos de futuros y espejismos,
que lo importante es saber que respiramos al mismo tiempo,
que bailamos estrechando los kilómetros
que nos pensamos
como si hacerlo
fuera la respuesta
a una pregunta
que aún no nos hemos hecho.

Y tal vez
no nos hagan falta las metáforas
el día que decidamos recibirnos
con un beso.

lunes, 6 de junio de 2016

Sácame a bailar


Sácame a bailar un tango mientras sacudo mis lágrimas en otro trago,
cóbrame el alquiler,
despiértame la duda sobre aquello que creía cierto,
deja que abra todas las puertas y no las cierres para que corra el recuerdo,
ensúciame las sábanas cada noche
y enséñame a echar de menos lo que un día echamos de más.

Destrózame el corazón
haz pedazos los horizontes
acabemos juntos con las ganas de dormir
y empecemos a soñar despiertos.

Porque la vida es eso
aprender a caminar hasta que aguanten los huesos.

domingo, 5 de junio de 2016

Si todo fuera tan fácil


Puede que,
si todo fuera tan fácil,
ni tú
ni yo
buscaríamos la respuesta a este acertijo.

No vamos a negarnos el placer de escondernos,
el atrevimiento de jugar con nuestras miradas,
como dos niños que se olvidaron de celebrar sus aniversarios
y prefirieron saborear el espíritu de Peter Pan
al saltar de poema en poema hasta cruzarse en el mismo verso.

Puede que,
si todo fuera tan fácil,
no nos moriríamos de ganas al encontrarnos.

Pero te he visto arder sin apenas tocarnos
te he visto correr descalza a mi alrededor sin moverte
te he visto mirarme como si el mundo no existiera.

Y no importa que sean 500 kilómetros
4 ciudades
o dos pasos.

Porque al otro lado estás tú,
esperando.

sábado, 4 de junio de 2016

Quizás no lo sepas

Quizás no lo sepas
pero soy un derrumbe con la fachada intacta,
un cúmulo de segundos perdidos
que no encontraron su razón de ser a la mañana siguiente después de la resaca,
un abstemio de besos por miedo a que no sepan a nada,
otro niño que se hizo mayor a base de latigazos pero que nunca dejó de reírse en las esquinas.

Tengo un lado oscuro a punto de estallar desde que nací
y vivir al borde del abismo me dio más perspectivas de la vida
que cuando pisé las nubes
y anduve por el espacio destilando caricias.

He llegado a guardarme como un tesoro que se esconde de los piratas,
he dejado mis llaves enterradas en la arena
y lancé la puerta al mar
por si algún náufrago quería usarla de salvavidas.

Soy un espejismo forjado en los espejos,
un misterio dividido en fascículos que sólo busca resolverse en otro cuerpo,
en otras manos buscando el cielo
en otros ojos sintiéndose libres,
soy las causas de mis efectos
y los desperfectos que me ayudaron a seguir.

Quizás no lo sepas
pero soy un puzzle a medio construir,
voy acumulando piezas en cada caída,
y en la huída descubrí cómo sobrevivir.

Pero ahora que estás aquí
sólo quiero correr hacia tus brazos,
sólo pienso en deshacerme en esos labios que llevo tatuados en la memoria.

Y quizás no lo sepas
pero si vienes,
tú,
te quedas.

martes, 31 de mayo de 2016

No és tan fácil


No es tan fácil mirarte a los ojos y decirte muérdeme más.

No es tan simple irse sin heridas de este desastre que no acaba de empezar.

Nos dijimos adiós antes de darnos la bienvenida,
nos dejamos los labios olvidados en los ojos del otro,
y elegimos la salida fácil al camino más complicado.

Aún así, sigue siendo difícil sonreírte en la distancia,
como si pudiéramos acortar las pisadas que nos separan
de la mejor de las carcajadas,
con tan sólo el recuerdo de nuestras pupilas estallando en una mirada.

No es tan sencillo olvidarte ahora que me has cosido el pecho,
ahora que deshecho en utopías he vuelto a anudar el camino,
ahora que vivo lloviendo versos por no llorarme de ganas,
te veo
sonrío
me llamas.

lunes, 30 de mayo de 2016

Derecho de conquista



Madrid se ha convertido en un sueño del que nunca acabo de despertar.
Un dado que me devuelve siempre al punto de partida,
un AS bajo la lengua esperando endulzarme el paladar a golpes de presente.

Será que pienso en Madrid
y pienso en ti,
será que recuerdo sus bares lloviendo metáforas
y pienso en ti,
será que imagino sus calles abarrotadas,
sus jardines atardeciendo miradas invernales,
sus luciérnagas colgando de las paredes,
y sólo puedo pensar
en ti.

Apenas te conozco y ya eres uno de los mejores recuerdos que tengo.
Un misterio necesario evitando resolverse en la primera función,
un baile invisible en mi cabeza
un poema buscando versos a los que agarrarse para no terminar.
Te has convertido en el aliento de una ciudad que nunca deja de llamarme a gritos,
un regalo inesperado entre silencios,
una campana que nunca deja de sonreír.

Ven,
abrázame de nuevo por primera vez en Tribunal,
deshagamos el tiempo y volvamos a mirarnos como dos locos pintándonos los ojos con miedo,
digámonos que sin conocernos hemos aprendido a echarnos de menos,
que ojalá nos recordemos por lo que nos atrevimos
y no por lo que dejamos de hacer.

Ven,
y descubrámonos de nuevo entre tanto ruido golpeándonos el pecho,
olvidémonos los teléfonos en alguna alcantarilla,
y caminemos de nuevo acercándonos poco a poco como medida de seguridad.

Déjame que te quite los nervios a base de carcajadas,
y lámeme la tristeza con las tuyas.
Reinventemos el final de este principio,
y pasemos al siguiente capítulo
como dos gatos que dejaron de buscar en el cielo
lo que andaba perdido en el asfalto.

Ven,
abrázame fuerte y no me sueltes,
ahógame de nuevo a base de silencios
escápate del resto
y sonríe conmigo.

Yo te espero al otro lado del recuerdo,
en ese espacio que sólo conocemos los dos
y que es nuestro por derecho de conquista.

Ven,
abrázame fuerte
y esta vez
no me sueltes.

domingo, 22 de mayo de 2016

Perdóname


Decían que éramos dos locos
porque lo más cuerdo que podíamos hacer
era mirarnos a los ojos
y parar el tiempo.

Siempre fuiste especialista en besos de esos que saben quedarse pero no escapar,
y cada vez que pienso en huir sólo recuerdo la dirección que dejaron marcada hacia tu boca.

La verdad es que he intentado olvidarte,
pero siempre que lo intento encuentro un motivo más para no hacerlo.

Quizás sólo sea otro estúpido intentando abarcar más de lo que puede cargar,
aunque cargarte en brazos siempre nos hizo más livianos,
pensarnos nunca dejó de doler
y querernos fue el mejor regalo de despedida que pudimos hacernos.

Perdóname…

Hoy es uno de esos domingos que miras por la ventana y quieres tocar el cielo,
y por eso te escribo.

La única manera con la que aprendí a volar,
fue dejarte aparecer por la puerta medio cubierta con la sábana
y verte deslizarla poco a poco hasta tocar el suelo.

Y ahora que no puedo hacerlo,
sólo puedo escribir(te) como una excusa necesaria para pensarte
y decirte cosas como que desde que te fuiste
no he conseguido dar dos pasos en línea recta,
ni quitarle a la luna tu silueta
ni acabar otro libro sin firmarlo con tu nombre.

Decirte que todavía sigo bailando por si algún día nos encontramos en otra barra libre de sueños,
porque aún tengo sueños a tu lado,
aunque nunca lleguen a cumplirse.

Perdóname…

Lo nuestro fue un microrrelato al que le faltaron varios versos para hacerlo poema,
una canción con los ritmos desacompasados,
un disfraz cosido en verano que se deshizo a tiras justo antes del carnaval.

Perdóname...

Perdóname por no rendirme,
por seguir siéndole fiel a tus latidos entre tanto ruido golpeándonos el pulso,
perdóname por todas las veces que dije lo que querías oír,
por miedo
vergüenza
o a saber qué más espejismos de esos que nos creamos a nosotros mismos.

Perdóname por olvidarme mí estando contigo.

Perdóname.

viernes, 20 de mayo de 2016

Farándula


Rendirse nunca fue una opción
y lo hicieron todo para hundirnos.

Nos dijeron que éramos unos raros
unos aprovechados
muertos de hambre
sinvergüenzas
incluso nos llamaron terroristas.

Nos dijeron que no valíamos,
que no hacíamos nada nuevo,
que el arte había muerto,
nos dijeron que ya no había público,
ni salas, ni festivales, ni escuelas.

Nos dijeron que éramos pocos,
los últimos supervivientes de una civilización siempre en crisis
y que al final la crisis nos llevó por delante.

Nos dijeron que nadie nos avalaría,
que el juego se acabó,
que no hacíamos falta en el mundo.
Que nadie nos querría ver jamás.

Pero nunca entendieron que nosotros no lo hacíamos
por dinero
o fama
u orgullo.

Sino por amor a la vida.

Porque entendíamos que una vida sin juego
era una vida perdida.

Y todavía seguimos jugando.

Jugando a vivir.

lunes, 16 de mayo de 2016

Príncipe


Soy príncipe porque nunca quise la corona,
preferí quedarme en el camino antes que llegar a la meta,
porque llegar exigía al final quedarme quieto.
Y prefiero correr descalzo a quedarme de pie
con los mejores zapatos del mundo.

Soy príncipe porque no me rendí a las oligarquías
ni le besé los pies a los mercados
ni me dejé olvidados mis ideales en telediarios propagandísticos.

Elegí mirar hacia arriba con descaro
porque el cielo escondía más secretos que el suelo,
y dicen que las verdades caen por su propio peso.

Soy príncipe porque me dieron a elegir entre mandar u obedecer,
y yo solito encontré la puerta número 3.

Soy príncipe porque no supe callarme,
porque mis causas eran sus efectos
y su derrota
mi reto.

Soy príncipe porque antepuse al resto antes que a mí mismo,
renuncié a todo por un poco más de libertad,
y entendí que ser libre no consiste en dejar caer
sino en cargar y que no pese.

En definitiva, soy príncipe porque lo elegí,
y nadie,
nadie
me obligará a ser lo que no quiera ser.

miércoles, 4 de mayo de 2016

El mejor poema del mundo


Quería escribirte el mejor poema del mundo,
y me di cuenta demasiado tarde
que el mejor poema de todos no podía escribirse,
lo hacíamos en la cama cada vez que te quitaba la ropa.

Me di cuenta demasiado tarde de tantas cosas…

Como que tus inviernos nunca se convertirían en mis primaveras,
ni siquiera haciéndote florecer en mitad de la hoguera.

Me di cuenta demasiado tarde
que si encajamos
fue porque forzamos las piezas.

Nos empeñamos en no perder en un juego
que no debía tener ganador,
y acabamos frotándonos las manos cada uno en su rincón.

Descubrí a destiempo que la verdad tenía distintos significados
para cada uno de nosotros,
que nuestras bocas siempre supieron entenderse
a la hora de comernos,
pero no de hablar.

Que lo máximo que pudimos acercarnos fue la última vez que nos miramos.
Y eso es verdad,
y tú lo sabes.

Me di cuenta demasiado tarde
que tenerte
era la mejor de las utopías,
y yo siempre he sido de perseguir revoluciones,
de tenerle miedo al miedo,
de perderme en el recuerdo,
de acariciar quimeras,
de bailar con la duda,
de estrechar distancias,
de sentirme libre,
cuando ser libre ahora significa sentirme bien sin acabar de olvidarte del todo.

Porque me di cuenta demasiado tarde que el olvido
se negaba a responder todas las preguntas que me quedaban por hacerte,
que la única que puede hacerlo eres tú
aquí

ahora
conmigo.

domingo, 1 de mayo de 2016

Fuego


Jugar con fuego nunca fue tan divertido,
como cuando creí que ardiendo entre tus dedos
podría acabar quemándome hasta los malos recuerdos.

Pero nadie nos dijo que las cenizas
seguirían calentándonos por las noches,
ni que nos sobrarían las sábanas,
ni que nos faltaría el oxígeno a la hora de perder el aliento.

Y nadie nos dijo que el humo acabaría dibujando nuestros cuerpos
desnudos,
al echarnos el agua por encima.

Ni que el viento huracanado giraría hasta vernos de nuevo encendidos
rodeándonos con los brazos.

No podíamos saber que la chispa nacería al chocarse nuestras miradas
en el espacio,
anudando el deseo de explotarnos
al miedo de acabar huyendo del incendio.

Y es que nunca ha habido mejor manera de renacer
que deshacerse antes en las llamas,
expirar tu último aliento entre besos a quemarropa
y orgasmos con sabor a despedida.

¡Así que brindo!

Brindo con aguardiente a ver si siguen escociéndome las heridas
que llevo por dentro.

Y si al final resulta que soy cerilla esperando entre los labios,
encendámonos juntos
y que le jodan al invierno.

domingo, 10 de abril de 2016

Hasta cuándo


Ambos andamos perdidos en una huída que nunca acaba de empezar,
y así es imposible encontrarnos en medio de todo este desastre.

Parece que hemos aprendido a mirar hacia delante
buscando aquello que dejamos atrás
desaprendiendo a ser libres
como piratas a la deriva
con el rumbo anclado en la memoria
y la botella de ron siempre vacía.

Hemos aprendido a mirarnos los pies con una nostalgia innecesaria,
a relamernos las heridas
a ponerles nombre
cuerpo
alma
recuerdo...

Los dos vivimos en unos puntos suspensivos
que nunca supieron desligarse del resto de puntos finales,
que preferían andar cogidos de la mano
porque juntos tenían sentido.

Y aquí estamos tú y yo
con nuestro pasado al lado
desaprovechando el presente.

Y yo me pregunto

¿Hasta cuándo?

lunes, 4 de abril de 2016

El día en que me olvides del todo


El día en que me olvides del todo
ese día
encontrémonos de nuevo.

Una vez hayamos vencido el miedo
a preguntarnos los porqués,
cuando parezca que ya no importa lo que nos dejamos de decir
y tampoco lo que nos dijimos.

Cuando ya no recordemos quiénes éramos entonces,
ni quiénes queríamos ser,
ni en qué llegamos a convertirnos.

Encontrémonos a medio camino del recuerdo y el olvido.

En ese momento en que estemos limpios,
en el espacio necesario
en el tiempo preciso
solitarios
libres
sin prejuicios.

Encontrémonos cuando sientas que me he ido
que no volveremos a ser los mismos
ni juntos
ni cada uno por su camino.

Y no seamos esclavos de lo ocurrido
ni presos de lo que debiera haber sido.

Porque el día que nos perdonemos tanto miedo
ese día
será distinto.

sábado, 26 de marzo de 2016

Atréveme (con Talia y Sergio)


Hay caminos que se cruzan mejor bailando,,
espumando flores por la boca,
atréveme.

Destierra la piel a cada paso
y déjate perforar por el aire,
achica el miedo
alimenta el hambre,
desangra la esperanza a golpes de presente,
pártete la boca en la búsqueda,
ahórrate apiadarte de ti,
tu perdición será intentar salvarte.

Atréveme a morderte,
a dejarte los huesos en cada despertar.
Siente tu carne volar danzando la piel
que dejamos a l andar.

Unas botas sucias han de ser tu mejor secreto,
ese que nunca llegues a contar del todo.

Atréveme,
invítame a desayunarte las medias,
a comerte las quejas y a cenarte los sueños.

Hagamos un festín del misterio.

Rompámonos la olas en el cuerpo.

Atréveme a deshojarte,
a limarte las sábanas con algo más que tu recuerdo,
deja que te lama las lágrimas
y te bese la desilusión.

Reconozcámoslo,
nos estamos amaneciendo,
y nos sobra el mundo alrededor.

jueves, 24 de marzo de 2016

Lo único que nos queda


Lo único que nos queda
son los besos que nunca nos llegamos a dar,
un recuerdo a medias,
la promesa de un quizás.

Una trinchera en la memoria,
un café esperándonos en el bar,
las pupilas golpeándose contra el miedo,
las palabras esquivando la verdad.

Nos queda una distancia invisible,
las armas cargadas apuntando a matar.

Nuestros labios diciendo
dame menos
nuestros cuerpos gritando
dame más.

Lo desconocido abriéndose camino,
nuestros ojos encontrándose al despertar.

Lo único que nos queda
corazón
es esperar.


lunes, 21 de marzo de 2016

Nunca dejamos de marcharnos



Nunca dejamos de marcharnos,
porque nunca llegamos del todo.
Nos empeñamos en luchar contra la marea
y la marea tenía otros planes.
Seguimos erigiendo altares sobre nuestras últimas palabras
con la esperanza de que aprendieran a volar,
y huir
del mundo que construimos juntos.

Como si huir fuera suficiente
para aprender de nuevo
a respirar.

Somos unos necios si creemos
que en la huída está la respuesta,
si creemos que mirar para otro lado
nos salva del desastre que tenemos en frente.

No lo creas.

Sólo nos hacemos débiles alfileres
remendando de mala manera heridas abiertas.

Ahora evito los bares,
las malas compañías,
los mejores momentos.
Me encierro en mí y en todas las dudas
que me acechan de madrugada.

Pero sólo una pregunta intermitente me quita el sueño.

Si nunca dejamos de marcharnos
cuánto tiempo tardaremos en volver.

jueves, 3 de marzo de 2016

Otra forma más de pedir lo básico



Lo mejor que he escrito 
me lo dejé olvidado en unos labios 
que 
nunca 
llegué 
besar.

Y es que parecemos dos desiertos esperando ver nacer un oasis 
del estallido 
de nuestros labios.

Dos peonzas faltas de brújulas
apuntando a nuestros pies.
Ese recorrido en línea discontinua que nunca acaba
y parece que sólo lo hará
cuando tú decidas
mirar para otro lado.

Ese en el que yo
esté esperando.

Tengo un par de cientos de bolígrafos
rotos en el bolsillo,
preguntándome porqué no les dejé salir a tiempo de romperse
por tu cuerpo,
el mismo que acabaron dibujando
las cervezas de madrugada.

No me entiendes.

Tampoco espero que lo hagas.

Ni siquiera pienso que sea necesario entendernos
para morirnos de ganas.

Que yo hace tiempo que muero
muero
muero,
y tú
sigues caminando de espaldas.

Y parece tan sencillo darse la vuelta
que quizás por eso no lo hacemos.
Porque a veces da más miedo lanzarse al vuelo
que perder 
otra oportunidad.

No te preocupes.

Que yo sigo escribiendo todos esos besos que nos quedan por parir.

Y cuando decidas girarte
búscame,
que tú serás mi brújula
y yo
tu norte.