Soy príncipe porque nunca quise la corona,
preferí quedarme en el camino antes que llegar a la meta,
porque llegar exigía al final quedarme quieto.
Y prefiero correr descalzo a quedarme de pie
con los mejores zapatos del mundo.
preferí quedarme en el camino antes que llegar a la meta,
porque llegar exigía al final quedarme quieto.
Y prefiero correr descalzo a quedarme de pie
con los mejores zapatos del mundo.
Soy príncipe porque no me rendí a las oligarquías
ni le besé los pies a los mercados
ni me dejé olvidados mis ideales en telediarios propagandísticos.
ni le besé los pies a los mercados
ni me dejé olvidados mis ideales en telediarios propagandísticos.
Elegí mirar hacia arriba con descaro
porque el cielo escondía más secretos que el suelo,
y dicen que las verdades caen por su propio peso.
porque el cielo escondía más secretos que el suelo,
y dicen que las verdades caen por su propio peso.
Soy príncipe porque me dieron a elegir entre mandar u obedecer,
y yo solito encontré la puerta número 3.
y yo solito encontré la puerta número 3.
Soy príncipe porque no supe callarme,
porque mis causas eran sus efectos
y su derrota
mi reto.
porque mis causas eran sus efectos
y su derrota
mi reto.
Soy príncipe porque antepuse al resto antes que a mí mismo,
renuncié a todo por un poco más de libertad,
y entendí que ser libre no consiste en dejar caer
sino en cargar y que no pese.
renuncié a todo por un poco más de libertad,
y entendí que ser libre no consiste en dejar caer
sino en cargar y que no pese.
En definitiva, soy príncipe porque lo elegí,
y nadie,
nadie
me obligará a ser lo que no quiera ser.
y nadie,
nadie
me obligará a ser lo que no quiera ser.
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